La participación de las mujeres en la fuerza laboral ha tenido logros significativos y…
Cada día hay más empresarias que rompen con paradigmas sociales para incorporarse al mundo de los negocios, nicho que durante años estuvo dominado por los hombres.
Cada tercer viernes de mayo las mujeres empresarias del mundo afiliadas a la asociación Les Femmes Chefs de Entrepraises Mondiales (Mujeres Líderes de Empresas Mundiales, FCEM, por sus siglas en francés), conmemoran este día con reuniones o foros en los que intercambian experiencias que les den la posibilidad de incrementar la competitividad y el desarrollo sustentable. La fecha fue instaurada por la Organización de Naciones Unidas, por iniciativa de la FCEM.
La participación de las mujeres en la fuerza laboral ha tenido logros significativos y ha ido acortando la brecha de género en el empleo; sin embargo, ésta sigue siendo considerable. Aún existe segregación por sector y ocupación, así como una aparente falta de movilidad que podría tener costos significativos en términos de eficiencia y reducción de la pobreza.
Las empresarias no sólo generan ingresos, sino también crean nuevos puestos de trabajo y competencia entre los negocios, lo que redunda en mayor productividad y transferencia tecnológica. Las empresarias suelen ser innovadoras, además de aportar conocimientos y nuevas ideas a la economía, otro importante factor del crecimiento. Cada vez más, el apoyo a las empresarias es visto como una importante palanca para el desarrollo del sector privado.
Las mujeres, aunque trabajen, siguen considerándose asalariadas secundarias y enfrentan un triple desafío: deben hacer verdaderos malabares para compatibilizar su empleo, las labores domésticas y la crianza de sus hijos.
Todavía quedan obstáculos: las mujeres tienen menos probabilidades de conseguir capacitación y servicios de desarrollo empresarial. Cuando existe capacitación en el mercado, normalmente se concentra en los roles tradicionales y las excluye de los sectores más productivos y de mayor crecimiento.